Una receta.

Qué mejor que traerles una receta tailandesa, mega sencilla y súper deliciosa. No es mía - es de Nagi, de Recipe Tin Eats pero la compartí en IG como colaboración con Tabasco. Se llama Drunken Noodles, y le debe el nombre a que se suele servir con cerveza para curar la resaca. Eso dicen, aunque creo que van bien en cualquier ocasión.

Como siempre, estoy haciendo una lista de los platos que pruebo y me vuelan la cabeza para intentar compartir la receta una vez que esté en casa. Mango sticky rice, khao kha moo, callos a la madrileña, tempuras y manteca de wasabi están en la lista. ¡Tengo unas ganas tremendas de meterme en la cocina y compartir estos sabores con ustedes!

Una película.

Las publicidades de MOBI en instagram me convencieron de ver, por fin, Todo Sobre mi Madre de Almodóvar. No me pregunten por qué pero nunca me había sentido motivada a ver pelis de este director. Qué equivocada estaba.

Es una historia con muchísimas aristas, con una cinematografía alucinante, actuaciones hermosas y honestas. La vi en el avión a Madrid, y en el resto del viaje seguí viendo pelis de Almodóvar porque entiendo y disfruto mucho cómo visualizar a España desde su lente. Siento que es un avanzado a su época y que tendría que haber visto esta y otras pelis mucho antes. Pero bueno, por algún lado se empieza.

Un libro.

Mi amiga Sofi me recomendó El Verano en que Mi Madre Tuvo los Ojos Verdes, de la autora moldava Tatiana Țîbuleac. Es un libro corto, de 200 y pico de páginas, que devoré en unos pocos días yendo y viniendo en trenes en Japón.

Es un libro demasiado fácil de leer para la complejidad de la historia que narra. Los protagonistas - un hijo y una madre - dejan ver su historia a través del sesgado relato del hijo, en quien, nos enteramos pronto, no podemos confiar demasiado. Hay dolor, hay colores increíbles, hay aromas y sabores, hay muchas lágrimas, y hay un deseo increíble de poder detener el tiempo. Hay libros que lo logran todo y éste es uno. Si no lo leyeron todavía - háganlo, y después me cuentan.

Un lugar en el mapa.

Si han seguido nuestras aventuras en mi instagram, sabrán que estamos ya en la segunda mitad de la luna de miel. Escribo esto desde el hotel en Koh Lipe, Tailandia. Hoy aprovechamos a full el domingo: dormimos hasta tarde, bruncheamos en Bloom, fuimos a una playa hasta que se hizo de noche, y fuimos a cenar sin preocuparnos por el horario. Mañana volvemos a trabajar, y aunque tenemos la mañana y parte de la tarde libre, no es lo mismo disfrutar del sol y el mar sabiendo que a las 3 pm tenés reuniones y trabajo por hacer. Igual no me quejo, entiendo que son las condiciones para poder viajar tantas semanas seguidas y lo aprovecho un montón.

Un must-go.

No esperaba ir a Osaka: a decir verdad, la única razón por la que fuimos es porque mi amiga Valen me insistió con volver a Kyoto y la estadía ahí estaba carísima. En Osaka salía mucho menos, estás a una hora de tren de distancia (también a una hora de Kobe y de Nara), y de paso conocía una nueva ciudad en Japón.

Decir que me voló la cabeza es un understatement. Es una ciudad increíble y tan distinta a Tokyo que no lo puedo creer todavía. Prometí escribir sobre Japón y pienso hacerlo, pero por ahora un adelanto. Sakimoto Bakery.

Un pan que solo puedo describir como una nube. Manteca de Hokkaido, cremosa y exquisita. Mermeladas caseras de todos los sabores. Huevos de yema dorada con textura aterciopelada, y sánguches de crema y frutillas que sabían a torta de cumpleaños de cuando era chiquita. Fui muy feliz en esta bakery, y si bien hay muchos lugares que podría recomendar - este es uno esencial, y el primero al que volvería si regreso a Osaka. Ojalá así sea.

Una cita.

Un disco/canción/set.

Durante este viaje empecé a armar una lista con las canciones que íbamos escuchando, las que íbamos cantando, las que sonaban en un bar o en un taxi (o tuk tuk). Esta es la lista, es muy random pero tiene una línea que la conecta: un poco de Asia, un poco de Argentina, pero sobre todo, la noción de poder fijar recuerdos en canciones.

Si leíste hasta acá, ¡gracias por el aguante! Las respuestas están abiertas si querés comentarme algo, recomendarme algo, esto es un camino de ida y vuelta y me encanta que exista un diálogo. Ah, y si querés recomendar este newsletter, te súper agradezco.

Acá estaré nuevamente en tu inbox el próximo 7. Hasta entonces :)

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